"Cuando tú vuelvas, si es que vuelves, no
te vayas enseguida.
Yo quiero acabarme contigo y quiero morirme en tus
brazos"
(Gabriela Mistral, poeta chilena, a Doris
Dana, diciembre de 1948).
Anda libre en el surco, bate el ala en el
viento,
late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!
Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!
Te echa venda de lino; tú la venda toleras.
Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!
late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!
Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!
Te echa venda de lino; tú la venda toleras.
Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!
(extracto de poema de Gabriela Mistral)
Hija de un profesor, y de Petronila Alcayaga Rojas, nació en 1889.
Su padre abandonó el hogar cuando ella tenía aproximadamente tres años. Cuenta que "revolviendo
papeles", encontró unos versos suyos, "muy bonitos". "Esos
versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética",
escribió.
En 1904 comienza a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la
Compañía Baja en La Serena y empieza a mandar colaboraciones al diario
serenense El Coquimbo. Al año siguiente continúa escribiendo en él y en La Voz
de Elqui, de Vicuña. No estudió para maestra, ya que no tenía dinero para ello,
pero posteriormente, en 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela
Normal N° 1 de Santiago y obtuvo el título oficial de Profesora de Estado, con
lo que pudo ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la
rivalidad de sus colegas.
El 12 de diciembre de 1914 obtiene el primer premio en el
concurso de literatura de los Juegos Florales organizados por la Fecha en
Santiago, por sus Sonetos de la Muerte.
Desde entonces utilizó el seudónimo literario Gabriela Mistral en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral.
Desde entonces utilizó el seudónimo literario Gabriela Mistral en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral.
Desolación, considerada su primera obra maestra, aparece en Nueva York en 1922
publicada por el Instituto de Las Españas, a iniciativa de su director Federico
de Onís. La mayoría de los poemas que forman este libro los había escrito diez
años atrás mientras residía en la localidad de Coquimbito.
A partir de 1933, y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de Chile en ciudades de Europa y América. Su poesía ha sido traducida al inglés,
francés, italiano, alemán y sueco.
La noticia de que había ganado el Nobel la recibió en 1945
en Petrópolis, la ciudad brasileña donde desempeñaba la labor de cónsul desde
1941 y donde se había suicidado Yin Yin[4] (Juan Miguel Godoy Mendoza) a los 18
años, su sobrino, según se decía, hijo de un hermanastro y al que, con su amiga
y confidente Palma Guillén, había adoptado y con el que vivía por los menos
desde que éste tenía cuatro años.
AMOR CON DORIS DANA
A finales de 1945 regresó a Estados Unidos por cuarta vez, esta vez como cónsul
en Los Ángeles y, con el dinero ganado con el premio, se compró una casa en
Santa Bárbara. Será allí donde al año siguiente escribiría gran parte de Lagar
I, en muchos de cuyos poemas se observa la huella de la segunda guerra mundial,
y que será publicado en Chile en 1954. En 1946, conoció a Doris Dana, una escritora
estadounidense con quien estableció una relación de pareja y de quien no se
separaría hasta su muerte.
"Niña errante", de Editorial Lumen (Santiago 2009) es testimonio de la pasión y amor entre Gabriela y Dana, son sus cartas: "Doris, yo estoy en
Estados Unidos por ti", le dice en una carta. "Soy tuya en todos los
lugares del mundo y del cielo", le escribe. Y antes: "Tal vez fue
locura muy grande entrar en esta pasión".
Mistral tenía diabetes y problemas al
corazón. Finalmente murió en el Hospital de Hempstead, Nueva York, a causa de
un cáncer de páncreas, el 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, estando
Doris Dana presente. Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Mistral y evitó enviarla a
Chile hasta que no se reconociera a la poeta como correspondía a su estatura
mundial. Incluso se le llegó a extender una invitación de parte del gobierno
del Presidente Ricardo Lagos Escobar, cosa que ella gentilmente declinó.
En su testamento, Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia, y el de la venta en otras partes del mundo a Doris Dana y Palma Guillén
En su testamento, Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia, y el de la venta en otras partes del mundo a Doris Dana y Palma Guillén
HERMOSO COMO LOS SENTIMIENTO SE TRASLAZA EN UNSETIMIENTO HUMANO Y LA HUMANIZA,COMUN SER COMPLETO QUE SUPO AMAR INTENSAMENTE A SERES QUE FORMARON SU VIDA SINETIQUETA QUE NI SI QUIERA SON NESESARIO PARA ESTA PROLIGA POETA HUMAN Y APASIONADA DE LAS COSSAS BELLAS Y FRAGILES ERS GRANDE MÌ AMADA Y RECORDADA GABRIELA MISTRAL UNA MISTRALIANA AGRADECIDA QUE EXISTA ESPIRITUALMENTE
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