domingo, 7 de octubre de 2018

LA INVISIBLE, UN CUENTO BORDELAIN 2018


La invisible
Yo soy invisible. ¿Usted no me cree? No estoy loca. ¡Es verdad, si nadie me ve! Ni en la calle, ni en la Hospedería, ni en ninguna parte. Cuando paso por el lado de las señoras o de las niñas, o de las señoritas, cuando voy al centro a vender dulces, cuando me coloco al lado del metro o en el paseo Ahumada, nadie me ve... Yo ofrezco pa que me compren, y ahí alguna se transcurre, si no, no pasa nada. Soy como invisible... ¡Y menos los hombres po! A mí los hombres ni me miran...
¡Si yo creo que usted sabe que yo estoy acá solamente porque estoy adelante suyo, y porque llegué acá, y porque ahora hablamos…!... Y le agradezco, en serio, ni se ofenda... antes yo no podía hablar con nadie…

¿Me pregunta por él?, ¿que por qué siempre me acompaña cuando vengo? Es que es celoso. El me ve. La otra noche llegó borracho y me gritaba maraca, te andai pelando. Trató de darme un pape, pero los educadores del centro no lo dejaron y lo echaron. Y a mí me dio tanta pena que no quise levantarme al otro día. Pero llegó distinto después y me dijo que lo perdonara y yo lo perdoné. Es como si no pudiera estar sin él... Yo creo que él me quiere. Yo le digo, mira que estoy gorda, fea, no me gusto así... y él me dice: a mí me gustai así, yo te quiero así, y me hace cariño y se me pasa todo… ¿Es poco eso que él me da? ¿Usted cree? Pero nadie más me lo da...

Que yo dejé a mi hija con mi mamá para que estuviera a salvo de hombres como él, sí, y que yo no me pongo a salvo de hombres como él, sí… Pero mi mamá cuida bien a mi hija. Y algún día le voy a explicar a la Perlita que yo la dejé ahí para salvarla. ¿Usted cree que mi Perlita entienda? Yo entendí a mi mamá. Ella tenía que salir a trabajar o no comíamos. Y después se encontró marido y me dejó con mi abuela. Mi abuela me mandó al internado de las monjitas y yo fui feliz ahí, excepto que me quedaba todos los fines de semana esperando que mi mamita llegara... pero no llegaba. ¡Y no llegaba, y no llegaba, y no llegaba nunca po...! ¡Y eso duele tanto! Yo tenía una amiga imaginaria, dicen. Y esa amiga me decía que no era malo querer dormir con mi mamá. Pero las monjas decían que era malo y entonces yo no entendía... Yo como que la añoraba a mi mami... ¿Es malo querer dormir con la mamá? ¿Mi hija estará queriendo dormir conmigo ahora? Eso me atormenta...
¿Que yo soy como una niña? ¿Como la niña que la mamá nunca llegaba a verla…?... Capaz po. Mi abuela me decía: ¡Madura chiquilla de mierda, entiende que tu mamá ya no te quiere, tiene hombre!  Yo le pedí por favor a mi mamita que no le diga nada así a mi hija, ¡que no le diga que yo no la quiero!... y ella me prometió que no lo haría. ¡Usted ni se imagina como es que le digan a una que la mamá no la quiere!… ¡Ni se imagina, ni se imagina, ni se imagina…! Yo me decía, si mi mamá no me quiere es que soy mala, o muy fea, o muy gorda, o muy tonta… Y míreme po: soy gorda, fea y capaz que hasta muy tonta porque parece que anduviera buscando que me él me quiera, y eso es ser tonta porque a lo mejor, él ni me quiere... Igual mira a otras, yo lo veo... Pero es que claro, ¡yo no soy bonita tampoco como pa mirarme así!... ¡No quiero que mi hija sea así como yo de grande! ¡No quiero! Dígame, ¿qué cree usted? ¿Ella va a ser como yo?... Míreme ¿cierto que no soy invisible yo?

(victoria aldunate morales)
dibujo y texto: v.a.m.

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